Y yo que pensaba que las cosas eran más sencillas.
Nada más lejos de la realidad.
Hace un par de meses inicié una controversia con el servicio técnico de Proscenic ya que en su última actualización rompieron la accesibilidad de la aplicación necesaria para manejar sus dispositivos.
Si recordáis, comentaba en una anterior entrada que ser ciego sale muy caro.
Dependemos siempre de aplicaciones que nos permitan manejar nuestros dispositivos porque el diseño y la estética son mucho más importantes que la accesibilidad y la usabilidad.
En el caso que nos ocupa, una freidora de aire, se ha optado por un display táctil y una rueda que modifica las configuraciones que se ven en ese display.
Nosotros tenemos que valernos de una aplicación en nuestro teléfono esperando que el desarrollador haya tenido la sensibilidad de mirar la documentación necesaria
para al menos en el caso de dispositivos Apple hacer que una aplicación funcione con VoiceOver.
En la controversia que inicié hace dos meses estuvieron 15 días mareando la perdiz hasta decirme que habían entendido el problema.
Dieron vueltas sobre diferentes cosas sin sentido como el uso con altavoces inteligentes, pidiendo capturas de pantalla que lógicamente no iban a solucionar nada porque en las capturas de pantalla no se puede demostrar la falta de accesibilidad.
Finalmente el 31 de octubre y tras teóricamente leerse la documentación me aseguraron que habían entendido el problema y que lo solucionarían en la actualización que tenían previsto lanzar el 8 de diciembre.
Me ofrecí a participar de las pruebas para asegurarse de que se estaban haciendo las cosas de forma correcta y declinaron la oferta, por lo que no quedó otro remedio que esperar.
Llegó el 8 de diciembre y el 9, y el 10, y el 11, … y la actualización que no aparecía por lo que volví a escribirles.
Ayer respondieron que habían tenido problemas y que la aplicación saldría en horas.
Efectivamente, esta mañana estaba esperando en la AppStore de Apple para la descarga.
Si habéis llegado hasta aquí no creo que tenga que explicar el punto y seguido de la situación.
La app sigue teniendo los mismos problemas que tenía la anterior y no han tocado absolutamente nada relativo a la accesibilidad.
Si para después de estas fiestas no solucionan el problema, tendré que empezar a perder tiempo en reclamaciones a las autoridades de consumo, ya que mi flamante freidora es ahora un elemento decorativo en la cocina por no poder utilizarla.
Ni que decir tiene que como les he dicho en el mensaje que les he enviado esta mañana mi primera acción sería explicar a las personas ciegas las malas prácticas de la marca y la segunda, recomendar a quien tenga intención de comprar una freidora de aire que no compre de esta marca.
Al final estas acciones duras son las que duelen y las que deberían hacer reaccionar a las empresas sobre la importancia de hacer productos accesibles y usables.
Seguiremos informando.