Parece que fue ayer, pero no parece que fuera ayer. Han pasado 3 años desde las últimas fiestas de la plaza.
Siempre he dicho que el barrio es como un pequeño pueblo en el que todos nos conocemos y en el que vivimos pendientes de aquéllos vecinos que siempre están ahí.
Este año y tras dos de pandemia hemos vuelto a celebrar las fiestas de la plaza. hemos vuelto a ver a les puntaires con su característico sonido y sus bordados. Hemos celebrado una cena de hermandad entre vecinos y hemos cantado havaneras como hacíamos antes de la pandemia.
Sí, pero … hemos recordado a los que ya no están, y a los que no han podido venir, porque la pandemia también se ha llevado a personas queridas. Aun así, y lo que me hace escribir estas líneas, he casi llorado cuando en mitad de la cantada de havaneras, se ha dado un cerrado aplauso a Montse.
Hace 8 años, un día como hoy, Montse estaba esperando un trasplante de corazón, y en plenas fiestas de la calle, a las 02:30 de la madrugada la llamaron para decirle que había un corazón para ella.
Hoy, 8 años después todos los que apreciamos a Montse hemos tenido una lagrimita de emoción recordando que cumple 8 años, porque de los otros no nos interesa cuantos tiene Montse.
Gracias a todos los vecinos del barrio que como cada año hemos llenado la placita, y gracias a todos los que hemos vitoreado el triunfo de la vida, porque la vida sigue y Montse es una prueba de ello.
El próximo año, volveremos a celebrar las fiestas, y aunque no coincida, todos los que queremos bien a Montse y Manel volveremos a recordar que cumple 9 añazos, y los cumple agarrada a una vida que alguien perdió para salvarla.