Quién no ha tenido miedo a subirse en un tren de Renfe, esos que dicen que llegan tarde, en un avión de Vueling, Esos que pierden todas las maletas y cada verano llegan tarde, o en un avión de Ryanair, Esos que aterrizan de emergencia con los depósitos vacíos de combustible?
Bien, Yo he sido siempre algo excéptico con estas cosas, y sigo viajando en tren y llegando puntual, no me han perdido la maleta en Vuelingporque no la embarco, y esta semana he probado Ryanair.
Si algo hay que agradecerles, es la accesiblidad de su página web. Las operaciones de compra y facturación son totalmente accesibles, aunque abusen algo de las ventanas flotantes, esas que desaparecen al pulsar escape y no te avisen de ello.
Con mis tarjetas de embarque impresas (una amenaza cierta de que si no lo hacía tenía que pagar 45€ por pasajero me obligó a hacerlo) llegué a la añorada T2 del aeropuerto de Barcelona. Echaba en falta su comodidad y sus pasillos sin colas que la atraviesen, y me planté ante el mostrador con mi maleta y la bolsa del ordenador. Una confirmación de que todo era correcto, que las peticiones de asistencia eran correctas, y de que habían incluso pensado en la perra guía de mi pareja, y a embarcar.
En el avión, muy espartano y funcional, nos recibió el que yo dí en bautizar como “Equipo a” por ser Alba Alejandro y Andrés las personas encargadas de dar el servicio en cabina.
Un trato muy natural, como si nos conocieran de toda la vida, pero dentro del respeto que obliga a quien está de cara al público.
No escatimaron esfuerzos en facilitarnos toda la información necesaria, incluso sobre los precios y ofertas de lo que disponían en el bar, e incluso preguntando si necesitábamos algo para nuestra perra guía.
Dejamos aparte lo pintureros que son con toda una serie de anuncios , y la fanfarria final al aterrizar con todo el avión aplaudiendo porque alguien hizo bien su trabajo, creo que la experiencia no ha sido tan negativa como las leyendas urbanas me predecían, y a fecha de hoy, tendré muy en cuenta las ofertas de precios de esta compañía.
Eso sí, tras casi 8 años de fidelidad a Vueling, voy a empezar a mirar más a la competencia, y a hacer menos caso a las leyendas urbanas.
Me alegra que haya ido bien la experiencia. 🙂 Todo es cuetión de probar, para después poder hablar. Yo con Ryan Air nunca he tenido problemas. Además hay una casilla en la web donde puedes marcarla para indicar que viajas con perro guía. Un detalle que otras compañías no tienen.