Hace ya más de dos años, que publicaba en mi antiguo blog una entrada sobre mis sentimientos respecto al trato que se daba a la que yo siempre he llamado “La Empresa que me da de comer.”
Fueron jornadas para olvidar, incluso que tenía un blog y que de vez en cuando escribía allí cosas.
Hace al menos un año, y con la idea de reflotarlo registré el dominio, y a decir verdad, una vez configurado el blog, seguía sin tener ganas de escribir nada.
Ahora, y con la calma que da el verano y la falta de trabajo, me decido a hacer algo productivo.
De momento, inicio la mudanza de los artículos antiguos al nuevo blog, y me preparo a intentar escribir algún pensamiento si es que se me ocurren.
No esperéis un gran diseño, porque mi vista para hacer las cosas bonitas ha ido siempre equivocada. Esperad, sí, que de vez en cuando me desahogue, y os suelte por aquí aquéllas parrafadas que no caben en Twitter.