Normalmente, nunca opino de política en público. Hoy voy a hacer una excepción, esperando que quede en eso, una excepción.
Ayer se celebraron, realizaron, tuvieron lugar, o como cada uno quiera decirlo, las elecciones primarias para la elección del candidato a alcalde por el PSC a Barcelona.
El ruido mediático que ha tenido este evento ha sido mucho, incluso debates televisados para ver qué candidato es el mejor de los dos.
Lo curioso del asunto, es que nos han querido vender como la gran democracia de partido, lo que al final ha sido una pantomima para que se hablara del PSC durante un mes.
Los hechos probados me darán la razón:
En primer lugar, uno de los candidatos a alcalde no podía participar en su propia elección, porque no era residente en la ciudad para la que pretendía ser alcalde.
De las 12.000 personas llamadas a elegir candidato, solo acudieron 4.000, y eso que eran socios del partido.
Por qué no acudieron a ejercer su derecho? Creo que la respuesta es muy clara: la presentación de una persona con ánimos de demostrar la democracia del partido, ha sido un perfecto paripé. El objetivo se ha cumplido. Hemos tenido PSC hasta en la sopa, incluso en este blog, que normalmente no habla nunca de política.
Es normal que cada fin de semana, los partidos políticos nos regalen escuelas de todo tipo, convenciones de todo tipo, solo con la idea de que los medios de comunicación les presten atención, y nos castiguen a los sufridos mortales con las mismas arengas de siempre, dirigidas a los de siempre, y que no dicen nada nuevo que nos sea de interés.
Hay que extender grandes cortinas de humo, y si es negro mucho mejor, para que no veamos la realidad que nos rodea. Hay que armar grandes escándalos sobre cosas sin importancia, para que las importantes, pasen inadvertidas.
Esta semana, entre trajes, faisanes, elecciones primarias y leyes pseudocensurantes, nos hemos olvidado de lo importante, que los combustibles siguen subiendo, que los parados siguen subiendo, que la inseguridad en las calles sigue siendo la misma, eso sí, sabemos que un partido ha vestido de democracia algo que no tiene el más mínimo de los parecidos, y otro partido prefiere seguir sin moverse un centímetro de su trayectoria con la defensa de lo indefendible.
Y nosotros, los simples currantes o parados, cuando llegue el próximo 22 de mayo, seguiremos dándoles la posibilidad de que sigan jugando con nuestro futuro, porque nadie será capaz de controlar los medios de comunicación para explicar un verdadero programa político pensando en los ciudadanos.
Ayer se celebraron, realizaron, tuvieron lugar, o como cada uno quiera decirlo, las elecciones primarias para la elección del candidato a alcalde por el PSC a Barcelona.
El ruido mediático que ha tenido este evento ha sido mucho, incluso debates televisados para ver qué candidato es el mejor de los dos.
Lo curioso del asunto, es que nos han querido vender como la gran democracia de partido, lo que al final ha sido una pantomima para que se hablara del PSC durante un mes.
Los hechos probados me darán la razón:
En primer lugar, uno de los candidatos a alcalde no podía participar en su propia elección, porque no era residente en la ciudad para la que pretendía ser alcalde.
De las 12.000 personas llamadas a elegir candidato, solo acudieron 4.000, y eso que eran socios del partido.
Por qué no acudieron a ejercer su derecho? Creo que la respuesta es muy clara: la presentación de una persona con ánimos de demostrar la democracia del partido, ha sido un perfecto paripé. El objetivo se ha cumplido. Hemos tenido PSC hasta en la sopa, incluso en este blog, que normalmente no habla nunca de política.
Es normal que cada fin de semana, los partidos políticos nos regalen escuelas de todo tipo, convenciones de todo tipo, solo con la idea de que los medios de comunicación les presten atención, y nos castiguen a los sufridos mortales con las mismas arengas de siempre, dirigidas a los de siempre, y que no dicen nada nuevo que nos sea de interés.
Hay que extender grandes cortinas de humo, y si es negro mucho mejor, para que no veamos la realidad que nos rodea. Hay que armar grandes escándalos sobre cosas sin importancia, para que las importantes, pasen inadvertidas.
Esta semana, entre trajes, faisanes, elecciones primarias y leyes pseudocensurantes, nos hemos olvidado de lo importante, que los combustibles siguen subiendo, que los parados siguen subiendo, que la inseguridad en las calles sigue siendo la misma, eso sí, sabemos que un partido ha vestido de democracia algo que no tiene el más mínimo de los parecidos, y otro partido prefiere seguir sin moverse un centímetro de su trayectoria con la defensa de lo indefendible.
Y nosotros, los simples currantes o parados, cuando llegue el próximo 22 de mayo, seguiremos dándoles la posibilidad de que sigan jugando con nuestro futuro, porque nadie será capaz de controlar los medios de comunicación para explicar un verdadero programa político pensando en los ciudadanos.
Esto es el cuento de nunca acabar: como se acercan elecciones municipales ¡hay que prometer! hay que ofrecer! ¡hay que ilusionar! ¡hay que demostrar que un cambio es posible! en resumen, hay que hacer creer al ciudadano que x persona o y partido mejorará la situación aunque sea con palabras vacías o solo hacerlo creer en apariencia, montando un espectáculo que, dicho sea de paso, supone un gasto económico.